martes, 13 de diciembre de 2011

PILETON

Creyó que lo que estaba en el piso era una ciruela. Mas no. Era una frambuesa. Carnosa. Sabrosa. Vociferando el nombre de un escuálido pariente que por las calles de Corrientes solía mofarse con tener conocidos ricos y pudientes pidió un plato. "De los de plásticos Mirtha", aclaro. Cerca de la cuñada odiada, de la despreciada, de aquella que nadie recordaba el nombre y de la que todos habían olvidado su apellido lo sentó. Pregunto si quería agua o, en su defecto, soda. "No hay otra cosa", sentencio mientras champagne a la mucama de turno pidió.
Alguien aseguro que ellos estaban allí por el millón pero nadie lo confirmo. Los condenados al ostracismo familiar comieron en silencio. No pidieron siquiera pan para empujar el guiso pasado. En la otra esquina de la mesa las risas fueron mofándose de todos especialmente de esa tía vieja pero rancia, a quien, pobrecita, se le habían caído los dientes. Crueles la miraron con desprecio y pidiendo otra rueda de champagne, la dueña de casa aseguro que fin de año la pasarían juntos en un fiestón. "Lo organizo yo", vaticino y varios se miraron en estado de shock.
En la otra esquina, en cambio, los dos comentaron lo rico que había estado el guiso. Organizaron un viajecito al pueblo de ella. Compartieron anécdotas. Algunas viejas y amarillentas. Otras divertidas y complejas. Rieron. Una risa sana y cómplice los unió. El otrora dolor se transformo en unión.
Ellos reventaron en el  fiestón. Los dos sólitos viajaron al pueblo y de tanto calor terminaron abrazados en un piletón.

viernes, 23 de septiembre de 2011

DERRAPADO

Descongelando el freezer la noche lo encontró. Sería la medianoche cuando el patio cruzo. Bolsas y bolsas. El pijama derrapado. La mirada de un sonámbulo. Si habría sido noche de luna llena, esta lo hubiese iluminado. 
En la oscuridad las bolsas cual asno cargo. Comida semicongelada. Piezas de asado. Milanesas. Un pollo deshuesado. Una a una fue acomodando. En el baúl del auto cavieron. El puzzle del horror en minutos conformo. Satisfecho la frente se seco. Éxtasis. Bienestar. La adrenalina en ese cuerpo prospero.
Cuando la acción había terminado una neurona funciono. Una sola. No pidas mas. No le pidas peras al olmo. La que funciono una cosa le susurro: "Locura estáis cometiendo". Nada más. El pijama derrapado. El cerebro en estado de shock. El baúl cargado y el pollo sangrando. Seguramente en ese momento cuenta se dio. De la locura cometida. De las piezas derretidas. Tal vez algún pensamiento le indico lo que tendría que hacer. Ni idea. Pero él en medio de la noche las bolsas llenas de comida al freezer devolvió.

sábado, 20 de agosto de 2011

ARDUO

"Señora quédese tranquila que nosotros nos encargamos". Con un pucho en la mano, con el rostro cansado percibió que la aterciopelada mujer miedos guardaba. Un titubeo. El acento aporteñado. El que dirán y el temor al engaño. Ella dijo que le parecia bien, que cierre bien las puertas y que no se olviden de las alforjas. "Usted quedese tranquila", insistió el buen hombre y ella salio caminando. Temblando. Tal vez, llorando.
Deshacerse de la casa de sus padres. Dejar atrás el pasado no era fácil. Según ella lo mejor había pasado.

jueves, 18 de agosto de 2011

PRESAS

Leopoldo Presas coronaba la sala de estudio. Pequeñas piezas japonesas se escondían en el sinnúmero de mesitas que aburridas se distribuían en ese imponente salón. Un biombo resguardaba a la magnifica estatua de Mercurio que indomable se escondía detrás. Las aburridas teorías lacanianas. El trago amargo de saber que habría que rendir y zafar se iban consolidando.
La mucama falto pues a Chaco viajo. El mate seguía enfriándose y la dueña de casa no osaba moverse. El frío avanzaba. Clara en su lugar se pellizcaba la cara. Las teorías lacanianas la aburrían. "En casa yo no hago nada", me contesto cuando le dije que se pare y busque agua. Caprichosa siguió leyendo y mis entrañas se revolvieron. Si papá la hubiese visto la hubiese hecho guillotinar.
Mi prima era malcriada pero ese día posta que se pasaba.

martes, 16 de agosto de 2011

ESCALERAS

Bajando las escaleras. La mirada puesta en mi. Las copas en las respectivas manos. Algún que otro pirómano. Vicentico de fondo. Los fondos tan necesarios, que atmósferas crean. La cintura. Los rizos dinámicos. El charme que no se puede olvidar. Bajo. Bajo. El ritmo erotiza. Las palmas y las guardas. El calor de diciembre. El color de enero. El viento de febrero. El regocijo de niño. La niña mimada. La mujer deseada.

Bajando las escaleras. La mirada puesta en mi.

miércoles, 10 de agosto de 2011

VERSAILLES

Aquellos jardines que alguna vez los Luises caminaron con sus cortes y amantes. Esas fuentes llenas de dioses y semidioses posando. Los cuerpos marcados y los nenúfares encantados. Aquellos salones en los que los triunfos celebraron. Esa historia que iban forjando alejados de París. Esas paredes inmaculadas. Los muebles trabajados y estilizados. Aquellos pasadizos por los que secretos iban y venían. Donde el que dirán existía y el era el dios que los seguía. Aquellos sitios y recovecos eran visitados por una turba de curiosos que por esas cosas de la vida había llegado a París.
La guía en mano. El sol rajando. La excitación de conocer mas de trescientas iglesias y museos en un día. El bolso lleno de recuerdos elegantes para lucir a la vuelta como parte de la royalty. Una sonrisa cansada pero muchas ganas de seguir. "Sino lo hacemos ahora", apunto ella tomando un poco de agua. "Cuando lo hacemos", concluyo. El módico precio. El tener dos semanas libres la llevo a recorrer contenta esa joya de las afueras de París.
Varios americanos comparaban la vista de uno de los laterales con lo aprendido en la universidad. Los años en Yale habían servido para algo. El sueño americano forjado en sus almas era necesario. Luego de trabajar duro habían llegado. La conferencia. La convención mundial con sus banderas y ganas de vivir. La manera de hacer negocios y ser buen vendedor se enseñaban en un hotel bien en el centro de la Ciudad Luz. Por esas cosas, habían escapado, en su día free
La brasilera jugaba con la cámara y grandes tomas sacaba. El gran palacio había registrado y algún proyecto con ese material gestaría. No le importaba que en algunas fotos no halla salido su marido feliz. Demasiados retratos de él se habían tomado durante su gira por el país. El ser diputado no era simple y menos en aquel pedazo de tanta tierra que es el Brasil. 
Las argentinas, por su parte, recorrían tranquilas la cámara del rey Luis. Alejadas del malestar social imperante. De los saqueos y cortes de luz en el centro. De las cadenas oficiales y de las ordenes judiciales. Del piquete y del regalenme tu juguete. Los fatídicos días de diciembre era el avance de lo que se vendría. El 2002 las esperaba. No sabían lo que se venían. Por ello caminaban embellecidas por ahí.
Aquellos jardines que alguna vez los Luises caminaron con sus cortes y amantes. Esas fuentes llenas de dioses y semidioses posando. Los cuerpos marcados y los nenúfares encantados. Aquellos salones en los que los triunfos celebraron. Esa historia que iban forjando alejados de París. Esas paredes inmaculadas. Los muebles trabajados y estilizados. Aquellos pasadizos por los que secretos iban y venían. Donde el que dirán existía y el era el dios que los seguía. Aquellos sitios y recovecos eran visitados por una turba de curiosos que por esas cosas de la vida había llegado a París.

JOAQUIN

Ternura encinta. Meses de espera singular. Nadie sabe como ella lo que es ser mamá. En su mente, recuerdos varios se marean y en sus brazos él juega con el papá. Todo fue de repente. La vida misma en el vientre se fue forjando. Como el hierro viejo, el calor lo fue formando. No faltaron gritos o arrebatos. No faltaron. Pero en la luz misma del día. En la luz misma de la noche, el niño se fue consolidando. 
En el vientre de la madre, nadando, allí fue naturalizando lo placentero y gozoso que es vivir. En el vientre de la madre, nadando, fue chocando con las paredes, sabiendo que, por momentos, también es duro el vivir. Allí en su pecera divina. En el sagrario materno Joaquín nueve meses vivió.